DÉCIMOSÉPTIMA EDICIÓN | 2021

El Ciclo de Cine y Psicoanálisis de la Universidad Nacional de Córdoba, renueva su apuesta este 2021 e introduce una pregunta: hoy más que nunca ¿Dónde está el mal?

Últimamente predomina la sensación de que el mal puede estar en cualquier parte, en cualquier persona, hasta en un saludo afectuoso.

Las consideraciones sobre el mal varían según la época o la cultura. Muchos discursos han abordado y abordan esta problemática buscando posibles respuestas o nuevos indicios acerca de su origen, sus causas y sus efectos. Hablar del Mal es también hablar de su reverso: el Bien. Estos dos elementos se comportan como las dos caras de una misma moneda pero cuyos límites pueden tornarse difusos, llevándonos a redefinirlos una y otra vez.

No existe una capacidad originaria de distinguir el Bien del Mal, en efecto esta es aportada por la cultura, sin embargo ⎯como ya señalaba Freud⎯ si hay una tendencia a rechazar lo más íntimo de cada uno que se vivencia como displacentero.

Por lo tanto la propuesta de esta edición es poder localizar las diversas figuras de la maldad y de lo malo con la ayuda del cine y desde el aporte del psicoanálisis en conversación con otras disciplinas. El tema es planteado entre signos de pregunta para poder localizar, en cada encuentro, dónde es que el mal se dibuja.
En primer lugar, al mencionar el mal de inmediato aparece la figura del malvado, el criminal, el villano, el asesino, nombres que ubican el mal encarnado en una persona. Desde aquí es posible pensar las respuestas en relación al mal como algo fijo, inherente y evidente. ¿Pero cómo se llega a ser un villano?

Y ¿qué pasa cuando no hay uno a quien culpar? La sociedad vuelve imperiosa la necesidad de situar el mal en algún lugar. Sin embargo, esto no suele ser posible siempre y de una manera inequívoca. El Mal a veces no es tan fácil de discernir y plantea la pregunta por su localización.

Por otra parte, las instituciones que deberían servir de garantías para la población pueden a veces ser las mismas ejecutoras de la violencia, deviniendo en una administración organizada del mal. Allí, lo malo se localiza en el funcionamiento y en las estructuras perversas que se cuelan ya sea en el mercado, en la economía, la ciencia, el estado o las instituciones. Resulta entonces interesante preguntarse por el mal en nombre del bien.

Aquello que debería ser un remedio a veces es la enfermedad misma. O incluso a veces lo que “hace mal” se vuelve inevitable para poder vivir. Paradojas del mal podemos decir.

¿Y el mal nuestro de cada día? Aquellas decisiones, acciones, consumos o parteneratos que nos traen aparejada esa dimensión de sufrimiento, pero que sin embargo insisten y se repiten.

Por lo tanto podemos cuestionarnos: el malestar en la subjetividad ¿se cura con un blíster? ¿con una decisión firme? ¿sometiéndonos a un precepto de bondad? ¿siguiendo los más elevados ideales del bien?

Ya sea en un contexto que pone en evidencia la fragilidad de los sistemas que nos sostienen socialmente; se trate de un villano a quien temer, culpar y castigar; o de un mercado donde el único bienestar que vale es el de la acumulación de capital sin trabas.

Ya sea una relación amorosa en la que el modo de lazo trae aparejado sufrimiento o la repetición misma que nos encierra en lo que nos hace mal. Las decisiones que tomamos en contra de nuestro propio bien, o esa maldad íntima que nos sorprende de repente.

Se trata de cuestiones que nos enfrentan a que el Mal no se agota en ninguna de ellas, nos interroga y nos lleva a reflexionar sobre su incidencia en nuestras vidas. Así, invitamos en esta decimoséptima edición a buscar respuestas a la pregunta: ¿Dónde está el mal?

Los esperamos!!